sábado, 27 de noviembre de 2010

A veces hago cosas arriesgadas: me juego totalmente, me banco lo que venga. Lo más importante es que me doy cuenta de que puedo ser capaz de tomar mis propias decisiones, de decir lo que quiero y también lo que no quiero. Crecer es tan sencillo y tan difícil como eso, es aprender a ser uno mismo y seguir un rumbo propio. Para crecer, para elegir un camino o para ser capaz de tomar otro, si el que elegiste no te gusta, es necesario arriesgarse. Esto quiere decir que hay que atreverse, estar dispuestos a equivocarnos y hasta a fracasar y eso duele pero dicen que no fracasa el que comete un error sino el que se queda quieto, sin hacer nada. Llegar a un objetivo no es fácil, nadie te regala nada