Me pregunto si el amor, el verdadero, el que perdura, el que crea, comparte, respeta, tolera y confía, no debería fluir de una manera mucho menos perjudicial para la salud.
Si uno tiene hambre, come. Si uno quiere fumar y no tiene cigarrillos, sale al kiosco a comprar aunque llueva. Si uno quiere llamar, llama. No es tan difícil, o al menos, no debería serlo.
El que quiere llamar…llama. El que quiere decir…dice. El que quiere volver a vernos…dice “quiero volver a verte”. El que tiene interés…lo demuestra.
Basta de usar justificativos como:
. No tuvo tiempo
. Está tapado de trabajo
. Recién pasó una semana
. Tal vez no tiene crédito
Si pudo comer, ir al baño y fumarse un pucho, pudo mandar un mensaje o un mail o agarrar el teléfono. Dejémonos de conformarnos con medias tintas, medias frases, medias palabras, medias relaciones…que de todas las mitades emparchadas, nunca podrá salir un entero que valga la pena.