domingo, 14 de noviembre de 2010
La gente como yo es conciente de que posee eso que se llama genio a los ocho, a las nueve o a los diez años. Yo siempre pensaba: ¿Por qué no me ha descubierto nadie? ¿no se dan cuenta en el colegio de que yo era más listo que los demás? ¿no veían que los profesores eran todos unos estúpidos, que todo lo que poseían era información que a mi no me hacía falta para nada?. Me sentí muy perdido cuando pasé a la enseñanza superior. Solía decirle a mi tía: “si tiras mis poemas lo lamentarás” y ella seguía tirando toda aquella morralla. No perdono que no me tratara como un jodido genio o lo que quiera que fuese cuando era un crío. Para mi era algo evidente. ¿Por qué no me facilitaban las cosas? ¿Por qué querían obligarme a que me convirtiera en un patán como el resto de ellos? Yo era diferente; siempre fui diferente.